Hace 18 años que el médico cirujano Juan José Torres dejó el delantal de médico para ponerse el traje de inventor. Tuvo el sueño loco de ponerse a fabricar instrumental médico, acá en Tucumán, de alta tecnología y precisión. Es decir, todos esos aparatos tecnológicos que él usaba para las operaciones laparoscopicas, ahora serían construidas por él mismo.
En un tiempo de normalidad (ahora, en momentos por demás raros, apreciamos el curso habitual de las cosas) nadie habla de respiradores artificiales. Salvo los médicos y las médicas intensivistas, las enfermeras y los enfermeros, o un paciente que los haya necesitado, nadie habla de estas máquinas que pueden significar la vida o la muerte de una persona.
Pandemia mediante, ahora sí hablamos de los respiradores artificiales. Por las redes, médicos advirtieron: "si supieras cuántos respiradores tiene esta provincia, no se te ocurriría salir de tu casa". Cumplan la cuarentena, era el mensaje, porque eso que te puede salvar si todo se pone gris, de eso hay muy poco.
Pilot se llama la empresa que fundó Torres. En estas casi dos décadas hicieron instrumental mucho más preciso y complejo que un respirador artificial. Pero eso, no. No lo habían visto como demanda. Y ahora, claramente, sí. Según dice el médico, su fábrica está lista para proveer de respiradores de alta calidad y tecnología a Tucumán y al NOA. Y, de ser posible y necesario, también a todo el país.
"En una semana diseñamos, programamos y fabricamos un prototipo funcional de respirador artificial. Por un lado, vemos el apuro que hay por equipar los centros de atención con algo que falta en Argentina y en todo el mundo. Por otro, las cirugías programadas están todas paralizadas, por ende no tenemos encargos de instrumental en este momento. La fabrica está lista para producir entre 30 y 60 respiradores por día", dice el médico tucumano.
Con sello (y orgullo) local
El diseño y la tecnología de base, ya los tenían. En Pilot fabrican equipos para endoscopía y laparoscopía, entre ellos un insuflador neumático que, con algunas modificaciones de diseño y cambios en la programación, se convirtió en el respirador artificial Wayra. Un nombre bien local, que lleva en el sello las raíces andinas: en la lengua aimara, wayra significa "aire".
Para la adaptación, explicó Torres, contaron con el asesoramiento de los médicos Jorge Alba, Martín Perea y Melina Santillán, todos ellos experimentados en el uso de asistencia respiratoria mecánica (ARM) en las salas de cuidados críticos.
"En Argentina hay dos empresas que hacen respiradores artificiales y ahora nos sumamos nosotros. Es una gran oportunidad para proveer estos aparatos que están siendo de vital importancia", señaló Fernando Figueroa, el diseñador industrial que trabaja al lado de Torres en la fabricación del instrumental de Pilot.
"Nosotros tenemos todo para proveer no solo a Tucumán y al NOA, sino a todas las provincias. Pero para eso necesitaríamos la aprobación de Anmat, que la tenemos para otros equipos, pero no para el respirador porque es la primera vez que lo hacemos. Son trámites que demoran mucho tiempo normalmente, y en momentos de cuarentena más todavía. Por eso, iniciamos conversaciones con el Ministerio de Salud local para que evalúen el respirador y, por vía de excepción, nos autoricen a hacerlo", agregó Figueroa.
Según Torres, hay antecedentes de otros países que flexibilizaron las normas habituales en el contexto de la emergencia. "Hasta compañías automotrices se han embarcado en la fabricación de respiradores", apunta el médico.
En evaluación
El primer equipo de ARM de Pilot ya lleva varios días funcionando en la fábrica, a modo de prueba. Está conectado a un simulador de pulmones humanos para testear los incontables parámetros de flujo de aire y presión que entran en juego en un respirador.
Además, con una tecnología que ellos ya tenían, Wayra podrá ser controlado a la distancia, a través de conexión Wi-Fi, para minimizar la exposición de médicos y enfermeros en las salas de terapia. También puede conectarse a una pantalla grande, para que pueda ser vista de lejos. "Cuidar a los médicos terapistas es clave, porque si ellos caen enfermos, tenemos otro gran problema", explica Torres.
"El Ministerio de Salud tiene que armar una junta médica, conformada por médicos y enfermeros, para que evalúen el funcionamiento del equipo. También tiene que pasar por un testeo en la Facultad de Ciencias Exactas, y ahí estaríamos listos para fabricar y comercializar", detalló Figueroa.
Desde el Siprosa informaron que Wayra está en proceso de evalucación, por la vía de la excepción que habilita la emergencia sanitaria. "Normalmente es algo que hace en Anmat, pero ante la urgencia vamos a conformar una junta de biomédicos, médicos y enfermeros intensivistas y neumonólogos para evaluar el equipo. Estimamos que la semana que viene podríamos avanzar en la evaluación", le dijo a LA GACETA Marina Gandur, jefa del Departamento de Vinculación Tecnológica del Siprosa.
Gandur contó que en las últimas semanas fueron varios los tucumanos que, con buenas intenciones, se pusieron a inventar respiradores o ventiladores pulmonares. "Nos sorprendió el espíritu solidario, pero estamos hablando de máquinas vitales, de alta precisión, que necesitan de mucho conocimiento para su construcción, porque irán conectadas al pulmón de un paciente. Sí nos sirve de mucho, en cambio, aquellos que se quieran sumar con su impresora 3D a imprimir otros insumos de protección, como máscaras y viseras", señaló.
Los que quieran colaborar con el Ministerio de Salud, desde distintos lugares, pueden encontrar información en la página web del Ministerio, haciendo clic aquí.
Atentos a las demoras con las importaciones
Casi todas las piezas del respirador serán fabricadas en Tucumán, con diseño y mano de obra local, contaron los líderes de Pilot. "Lo único que traemos de afuera es una plaqueta y un display que también diseñamos y programamos nosotros, pero que mandamos a construir en China. Para producir en serie, vamos a necesitar el apoyo del Gobierno nacional, que agilice los trámites aduaneros para que esas partes lleguen cuanto antes", remarcó Torres.
Lo demás, ya está hecho, o al menos pensado. Si todo marcha sobre ruedas y consiguen los permisos y pueden importar las piezas de China, en Pilot ya tienen pensado en contratar más gente para dedicar la fábrica 100% a los respiradores. "Claramente es una oportunidad económica y trabajo. Pero como médico, pienso que si con todo esto logramos salvar una vida, la misión está cumplida", finalizó Torres.